La cueva de Belmaco, actualmente se ubica en el municipio de Villa de Mazo, pero antes de la conquista de la isla, -según algunas fuentes- sugieren que fue habitación del príncipe de Tedote, es decir: uno de los hermanos Tinisagua, Bentacayse o Agacensie en lugar de mencionar Tigalate o los gobernadores de este lugar, los hermanos Juguiro y Garehagua. Esto nos sugiere que en las reparticiones del territorio, Tedote se extendía más hacia el sur, tomando parte la cueva de Belmaco. Probablemente se refieren a Bentacayse que fue uno de los últimos señores que sobrevivieron para el tiempo de la conquista. Es probable que sea un error ya que otras muchas fuentes menciona que esa zona pertenecía a los señores de Tigalate.
La voz aborigen Belmaco o Velmaco quiere decir barranco.
La cueva de Belmaco fue descubierta fruto de la casualidad por el gobernador militar Don Domingo Van de Walle de Cervellón, acompañado por el escribano Don Santiago Albertos en 1752, mientras buscaban a una persona que se había caído por un risco.
Encontraron dos lápidas con grabados que sugerían ser letras. José Antonio Van de Walle de Cervellón, el hermano del descubridor, hizo copias de los grabados, que con el tiempo llegaron a manos de José de Viera y Clavijo, pero éste rechazó la consideración de que fueran letras ya que no creía que «aquellos naturales poseían algún conocimiento del arte de escribir», que se apoyó en la opinión de otro contemporáneo, «una persona cortada que examinó prolijamente los referidos caracteres», y los calificó de «unos puros garabatos, juegos de la casualidad o la fantasía de los antiguos bárbaros».
No he podido encontrar imágenes de esos grabados, pero a día de hoy siguen siendo estudiados.
El hallazgo de estos grabados fueron los primeros de toda Canarias.
Los petroglifos son de diversos motivos geométricos como círculos concéntricos, otros con forma de espirales y con líneas sinuosas que forman meandros.
En prospecciones arqueológicas posteriores fueron encontrados más restos, como la de Diego Cuscoy, descubriendo utensilios fabricados a partir de huesos o piedra, además de restos de ropaje de piel y abalorios como colgantes con conchas marinas.
Al hallar un cuerpo en el interior de la gran cavidad se comenzó a creer que la cueva en el pasado fue un santuario mágico-religioso. La cueva principal, la visible desde la carretera, está orientada hacia el sur-sureste y mide unos 35 metros de largo y su altura en el punto máximo es de 10 metros.
A finales del siglo XIX René Verneau, vistió la Cueva de Belmaco y señaló que estaba siendo usada de cobertizo, cuadra y bodega. En mayo de 1963, Félix Duarte, denunciaba en la prensa el deterioro de la cueva en ese momento.
En 1984 es nombrado como Monumento Histórico-artístico. En 1999 es creado el Parque Arqueológico Cueva de Belmaco y abre las puertas al público.
Te puede interesar mi visita al parque arqueológico.
La cueva es parte de la historia de los aborígenes de la isla.
Espero que les gustara.
Un saludo y hasta otra entrada.
Fuentes consultadas:
Noticias de la historia general de las Islas Canarias - Viera y Clavijo, año 1950.
Historia general de Villa de Mazo, Cirilo Velázquez, año 1999
El impacto del descubrimiento de inscripciones alfabéticas en la arqueología canaria, de Alfredo Mederes Martín. Año 2005.
Palabras pertenecientes al dialecto de La Palma*
*Parte IV de un volumen mayor del que perdí autor y año.
La voz aborigen Belmaco o Velmaco quiere decir barranco.
La cueva de Belmaco fue descubierta fruto de la casualidad por el gobernador militar Don Domingo Van de Walle de Cervellón, acompañado por el escribano Don Santiago Albertos en 1752, mientras buscaban a una persona que se había caído por un risco.
Encontraron dos lápidas con grabados que sugerían ser letras. José Antonio Van de Walle de Cervellón, el hermano del descubridor, hizo copias de los grabados, que con el tiempo llegaron a manos de José de Viera y Clavijo, pero éste rechazó la consideración de que fueran letras ya que no creía que «aquellos naturales poseían algún conocimiento del arte de escribir», que se apoyó en la opinión de otro contemporáneo, «una persona cortada que examinó prolijamente los referidos caracteres», y los calificó de «unos puros garabatos, juegos de la casualidad o la fantasía de los antiguos bárbaros».
No he podido encontrar imágenes de esos grabados, pero a día de hoy siguen siendo estudiados.
El hallazgo de estos grabados fueron los primeros de toda Canarias.
Los petroglifos son de diversos motivos geométricos como círculos concéntricos, otros con forma de espirales y con líneas sinuosas que forman meandros.
En prospecciones arqueológicas posteriores fueron encontrados más restos, como la de Diego Cuscoy, descubriendo utensilios fabricados a partir de huesos o piedra, además de restos de ropaje de piel y abalorios como colgantes con conchas marinas.
Al hallar un cuerpo en el interior de la gran cavidad se comenzó a creer que la cueva en el pasado fue un santuario mágico-religioso. La cueva principal, la visible desde la carretera, está orientada hacia el sur-sureste y mide unos 35 metros de largo y su altura en el punto máximo es de 10 metros.
A finales del siglo XIX René Verneau, vistió la Cueva de Belmaco y señaló que estaba siendo usada de cobertizo, cuadra y bodega. En mayo de 1963, Félix Duarte, denunciaba en la prensa el deterioro de la cueva en ese momento.
En 1984 es nombrado como Monumento Histórico-artístico. En 1999 es creado el Parque Arqueológico Cueva de Belmaco y abre las puertas al público.
Te puede interesar mi visita al parque arqueológico.
La cueva es parte de la historia de los aborígenes de la isla.
Espero que les gustara.
Un saludo y hasta otra entrada.
Fuentes consultadas:
Noticias de la historia general de las Islas Canarias - Viera y Clavijo, año 1950.
Historia general de Villa de Mazo, Cirilo Velázquez, año 1999
El impacto del descubrimiento de inscripciones alfabéticas en la arqueología canaria, de Alfredo Mederes Martín. Año 2005.
Palabras pertenecientes al dialecto de La Palma*
*Parte IV de un volumen mayor del que perdí autor y año.
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