Lo que voy a relatar a continuación ocurrió en verano. Mi familia y yo estábamos de vacaciones, era de noche y mi padre regaba el césped, después del fuerte calor le vendría bien. Fue entonces cuando escuché unos pequeños golpes en el suelo, me acerqué y vi que era una libélula que trataba de separarse del suelo para volar pero sus alas se habían pegado al suelo por el agua. Con cautela me aproximé al insecto y puse mi mano sobre él y se agarró a mis dedos con sus patas. Llamé a todos y mi sobrino lo miraba con una mezcla entre curiosidad y miedo, no sabía lo que era (ahora sí y le gusta). Comencé a sentir una gran fuerza, como una tensión eléctrica que hizo vibrar mis dedos, luego de unos segundos, la libélula comenzó a mover sus cuatro alas, sentí que iba a volar, alcé la mano y se perdió en la oscuridad. Estas son algunas de las fotos que me hicieron después de que la libélula se agarrara a mi mano. Luego vimos que se posó en la pared y al ser blanca, la libélul
Blog dedicado principalmente a la isla de La Palma y a las Islas Canarias. Historia, literatura, fotografía, curiosidades, animales... Dedicado además a la obra literaria de Álvaro Morales Luis