Entre 1444 y 1492, los colonos herreños que eran parte de las huestes del malogrado Guillén Peraza, que intentó conquistar La Palma en 1443; a menudo hacían pequeñas incursiones en la isla de La Palma. Cierto día, un grupo de incursores de la isla de El Hierro comandados por Jacomar, un herreño cristianizado, arribaron en la Isla y llegaron a las tierras de Tigalate con objetivo de robar y hacer cautivos a los auritas. En Tigalate gobernaban dos hermanos; Juguiro y Garehagua. Consiguieron hacer preso a dos auritas, un hombre y una mujer llamada Guayanfanta, pero lejos de huir hizo frente a los incursores. Advirtió que era hermana de los señores de las tierras donde estaban. Guayanfanta era tan valiente y con tanta fortaleza física que forcejeó contra cuatro de los invasores, viéndose acorralada embistió a uno de ellos y lo cogió por debajo del brazo, lo acercó al risco con la intención de tirarse junto a él; pero los demás invasores corrieron y le cortaron las piernas lo
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